LA CONQUISTA DE AMERICA
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esto pensando en Buckle, quien, con su sistema erigido á
la sola gloria de Inglaterra, se vió forzado á cometer fal
sedades, inexactitudes y graves faltas de comprensión en
tratando de España, hasta dejar á la pobre España, de
tanta sombra como la arrojó encima, convertida en lúgu
bre cuadro de Ribera.
La contradicción continua que creo ver en la vida cons
titucional tiene su equivalente en otra contradicción muy
visible de la vida ordinaria, asi en España como entre nos
otros. De un lado vemos hombres de todas las cualidades
y talentos, y del otro lado vemos á la Nación gobernada
por una pésima política. Por lo que respecta á la desgra
ciada España, quizá no sabe de verdadera política desde
el glorioso y fugaz período de Carlos III. Y por lo que toca
á nuestra política, no sé si alguna vez la hubo. ¿Dependerá
esto de una positiva falta de aptitud política, explicable,
como quiere el Conde Gobineau, por un fondo de raza me-
lánica? La sombra melánica, sin embargo, no es exclusiva
de la península ibera: todos los pueblos mediterráneos,
cual más cual menos,la llevan en el fondo,y á pesar de eso
todavía estamos presenciando en la tercera Italia un ad
mirable risorgimento político. Y de ser ciertas las teorías
del Conde Gobineau, estaríamos irremisiblemente conde
nados, porque entre nosotros no se trata de una simple
sombra'melánica, sino de algo más que de una sombra:
se trata de una verdadera conquista que se inició en la
Pardocracia y los pardócratas del tiempo de la Indepen
dencia, llegó al principio de su triunfo en el triunfo de la
Federación, y hoy creo que está cerca del remate de su
triunfo, cerca de su apogeo. Es lo que yo llamo la tercera
conquista, ó la conquista negra. Pienso dedicarle—si acaso
algún día salgo de esta forzosa inacción mental que hoy
apenas’me permite envidiar y admirar de lejos á los com
pañeros y maestros como usted que pueden hacer obra
grande y.’generosa—un ensayo sobre su influencia, no en
la política y la^historia, sino en la literatura. Ya tratándo
se de historia, ya de política, ya de simple crítica literaria,
Por todas partes el escrito se tropieza con la conquista ne
gra. Sólo ella'aclara muchas cosas y es necesario presen-