HISTORIA DE UN ALMA. FE Sin
viéndote en brazos de otra: La El no hizo: caso de
estas amenazas. | ]
—Cualquiera habría hecho a mismo. | ] )
-—Pilar cumplió lo que dijo. A los pocos días abandonó :
su casa y puso su hermosura en venta, dispuesta a entre= a
garse al primer postor. Cualquiera le era igual. Tuvo tu
primo Pepe la suerte de ser el primero en conocerla E
y solicitarla, y a él se entregó. a |
A pesar suyo, Paco había. ido interesándose en la
historia. | a Eee
—Hasta aquí lo que la gente supone y. yo creo cierto,
pues considero a esa mujer capaz de todo,— continuó |
Julián.—Ahora viene lo que todo el mundo sabe, pero
que conviene mencionar como complemento de' la his-
toria referida, pues retrata a esa mujer de cuerpo entero.
Que no es ambiciosa ni le seduce el lujo, lo. demuestra el
haber seguido tanto tiempo con tu primo. Ni aun gas-
tando éste más de lo que puede, llega a igualar lo. que le
han ofrecido otros hombres más ricos. Pero según Pepe
mismo asegura, ella le dijo: «te prometo fidelidad»; y le
cumple su promesa. No ha sido de nadie más que de 5E
¿Es que le Aled | j
ea CAE
-—No lo creo. ¿Cómo des conoció Pepe y cómo legaron
a entenderse? También se. ignora.
Cambiando de tono, añadió:
- —Y ahora viene la explicación de por qué te hablo de
todo esto y te he dirigido la pr ds te o antes.
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