.y LA CRUZ DE LA AMARGURA
“Hubo momentos en que, tanto ella como los demás
criados, creyeron que su señora se volvía loca.
Tuvieron que emplear la fuerza para evitar que saliera
al campo y se dirigiese a la casa del conde. Ho
- Acudieron los médicos de la ciudad y todos estuvie-
ron conformes en la gravedad de su estado.
Presa de terribles delirios, no era posible que de la
casa se moviera uno de los médicos.
Hubo necesidad de avisar al conde, quien, al dolor que
le producía la muerte de su a tuvo que en el del
: estado de Carolina. ? !
La autoridad, entretanto, seguía practicando diligen-
cias para encontrar al ventero y a su hijo, pues éste era
otro de los cti q existían en aquél famoso su-
c8s0. ñ |
Arturo y Eugenio ingresaron en la diesól, de Toledo; dl
pero como que, respecto al segundo, había causa abierta
en Madrid por la publicación de obras contrarias a las
instituciones, 3 y se buscaban también los cómplices que
| Eugenio había tenido, creyóse que Arturo sería uno de
- ellos, y los dos jóvenes fueron trasladados a Madrid sin
| perjuicio del proceso que se seguía en Toledo. |
El conde había recibido un golpe formidable.
Y éste aumentó en intensidad cuando vió cómo estaba
Carolina. ES : CA
-—Veo muy o su curación, delo alfa: uno de los.
"médicos. ¿RAN ! | EN