EL TRIBUNAL
Sin perder un momento y sin dar aviso alguno
á su hija, emprendió su viaje; pero afortunadamen-
te la reina, conociendo la gravedad de la situacion
de la jóven, á quien amaba mucho, y las conse-
cuencias que debia tener la repentina aparicion del
padre, dió ála hija un salvador aviso.
El comendador encontró, pues, á doña Luz en-
lerma y en el lecho.
No pidió el anciano explicacion alguna; excusó
lo repentino de su viaje con el cumplimiento de
apremiantes órdenes del rey, y se dispuso á obser-
var y averiguar.
Ya sabemos lo que sucedió dos dias despues de
su llegada á Madrid.
Ahora debemos tomar nuevamente el hilo de la
narración deestos sucesos, que serán perfectamen-
te comprendidos con las explicaciones que hemos
dado.
Y como vamos á presentar al personaje de más
importancia de esta historia, nos vemos obligados
á comenzar nuevo capitulo, que no ha de ser ménos
interesante que los anteriores.