642 EL TRIBUNAL
— Vais á perderme, á hacerme desgraciada para
toda mi vida...
-—¿Desgraciada?...
—Si, porque me atormentará constantemente
un remordimiento espantoso por no haberos sal-
vado.
--- Os es imposible; la honra. es antes que todo, y
aun queriendo sacrificarla, no teneis vos la culpa
de que yo me niegue á aceptar el sacrificio.
—En la situacion en que os encontrábais era
imposible que pensáseis en que se comprometia mi
reputacion, y yo no:he debido recordároslo...
—Dejadme, repito, dejadme, que aun podré ser
feliz con vuestro recuerdo en mi calabozo. ... ]
—Si persistis en vuestra locura,—interrumpió
con firmeza la jóven,—me obligareis á cometer
- Otra mayor; porque os juro, ¿lo- entendeis? os juro
por quien soy, que á riesgo de comprometer xi
honra de tal modo que me sea imposible defender -
me, me valdré de todos los medios que están á mi
alcance, y yo misma iré á abrir las puertas de
vuestro calabozo para devolveros la libertad ó per-
derla yo tambien.
-—=¡Ah!...
—Pensadlo bien,.lo he jurado, y antes que dejar
de cumplirlo, moriria,
— Vuestro honor... :
—Nada, nada me detendrá.