706 - BL TRIBUNAL
Luchaban su amor de padre y su orgullo de
hombre; pero entónces su orgullo nada tenia que
temer, puesto que nadie lo contemplaba.
La lucha fué corta y decisiva.
Triunfó el amor paternal.
El caballero se inclinó sobre su hija, estam-
pando en el rostro de ella un beso de mortal dolor
y de ternura infinita.
—¡Oh!—exclamó despues. —Valor, valor; te lla-
mas Quiñones... Pero, ¡ay del miserable que me
ha robado tanta dicha! ¡ay del ques ha manchado la
frente de este ángel!
Se trastornado, verdaderamente loco, salió de
la celda, y llamó para que acudiesen á socorrer á
su hija, abandonando inmediatamente el convento.