18 LA BANDERA ROJA
compañeros fué que se ignorase aquella comunicación, así
era que la colonia, como hemos dicho, se estableció for-
mando una linea que cerraba, digámoslo así, el paso para
llegar por tierra hasta la playa. |
Un bosque virgen por la derecha y una cordillera por
la izquierda, que iba á unirse á las montañas donde ha-
bitaban los indios, dejaban en medio la entrada al valle
en que se establecieron los Titanes ael mar.
Los pescadores que tenían sus chozas en la playa, fue-
ron á establecerse en la colonia y en el espacio que que:
daba libre entre ésta y el mar, habían plantado árboles
espesos, que dada la vigorosa vegetación de aquella parte,
en el espacio de seis años habían formado un bosque de
tal modo, que no dejaban sospechar que sirviese éste de cor-
tina para ocultar su comunicación con la ensenada.
De igual modo, aun cuando la casualidad hiciera que
se descubriese ésta, el bosque impedía que se viera aquélla,
y solamente las baterías admirablemente construidas,
como dijimos, aparecían amenazadoras para todos los que
intentasen entrar por fuerza en la ensenada. |
La posición estaba perfectamente escogida y como
aquella escotadura de la costa era bastante ancha, los
buques de los piratas, muy bien abrigados por las fragosi-
dades de los montes, ni eran vistos por Jas embarcaciones
que cruzaban aquellos mares, ni servían de obstáculo á
las baterías que enfilaban la entrada de aquel puerto na-
tural y escondido. A
D. Gaspar, y lo mismo el virrey, no tenían noticia sino.
de la colonia y, por lo tanto, contra ella dirigieron sus
esfuerzos. y ] |
Según el indio Manuel,:la colonia contaba con gran
número de defensores y con buena artillería puesta en
baterías, perfectamente dispuestas, por cuya razón se
hacía necesario un buen golpe de gente para apoderarse
de aquella plaza, que por ignorancia de las autoridades
había ido día por día aumentando sus medios de defensa. |
Para evitar que el golpe fracasara, habíanse hecho con
eran sigilo todos los preparativos. |
Se habían pedido tropas á todas las poblaciones, como
Pórto Bello, el Callao y Tarija; se habían reclutado alga-
nos contingentes y merced á todos estos esfuerzos, reu-