O O O O
JN,
/
“LA PRETENSIÓN DEL SECKETARJO DEL VIKREY
| Reflejando en su rostro el mal efecto que le había pro-
-—ducido la petición y la exigencia de D. Gaspar, estaba
María, esperando llena de impaciencia que se presentase.
Así fué, que aun cuando el secretario se inclinó ante
ella con muestras del mayor respeto, interrumpió seme.
- jante manifestación, diciendo: dd al |
-' —¿Queréis explicarme, D. Gaspar. guién os ha dado
derecho para que me separéls de mis amigas, ni quién
sois vos para tratar de imponerme vuestra voluntad?
El secretario alzó la cabeza con altanería y repuso:
-— —YEn este momento estoy representando á vuestro pa
dre, en cuyo nombre os hablo y en cuyo nombre obraré
- enlo sucesivo. : | A Cd
- — Mucho dudo que mi padre haya podido otorgaros
- tales facultades, sabiendo como sabe, que si él puede con
- sideraros como le plazca, yo no puedo olvidar las lágri- 4
- mas que, por vuestra culpa, hubo de derramar mi desgra-
. cilada madre. A o A E
-— —Paréceme, señora, que no es esta ocasión de recor:
- dar hechos pasados, cuando el que vos habéis realizado :
ayer, mo la censura, sino el castigo más severo ha mere-
cido de vuestro padre. | | E
- —Ignoro á lo que os referís. Pero si es á mi interveb-
- ción en favor de personas que “vos mejor que nadie, don
¿béis que tienen muy sobrados motivos para | |
i padre y á vos, impórtanme poco vuestras cen.
orque-cien veces que en igual caso me encontrara,
006 as tantas haría lo mismo. Ahora, ya lo sabéis; así po-
- déis decírselo á mi señor padre. a Ce
-— —Yo no puedo ver en lo ocurrido ayer, si no que al
pretender reducir á prisión á gentes que se encuentran
- fuera de la ley, que son objeto de odio y de terror para