Ó LOS TITANFS DEL MAR E os
Pero esto era más fácilmente dicho que con posibilidad
de realizarse. E | | y |
Lo que menos podía esperar la escasa guarnición que
había en Porto Bello, era un ataque formal de los piratas
después del descalabro que habían sufrido días antes.
,, Así fué, que los primeros momentos fueron de vacila
- ción, y únicamente merced á la energía de los oficiales,
Intentaron una defensa que pronto había de resultar
inútil. | do OS | e ces
| Toda la confianza estaba en el fuerte, cuyos cañones
podían destruir la escuadra que había entrado en el.
puerto. 2 ea | y o AN
Esta era la esperanza que tenía también el gober-
nador. O. AA es Eds e
- Mas esta esperanza se desvaneció bien pronto. +
Cesar hizo enarbolar en el fuerte el pabellón rojo al
mismo tiempo que los cañones, enfilando á la plaza, fáavo-..
recían el ataque de los piratas. de de ODE A
Carlos Ma! al frente de los suyos, conforme de
bían quedado, se dirigieron al palacio del gobernador.
Allí les había dicho Vargas que habían quédado Lan.
Jóvenes, y aun cuando después de las observaciones que
había hecho Martín empezaron á dudarlo, todavía abri-
gaban la esperanza de que el anciano hubiese dicho la
- No les fué difícil arrollar-la guardia que había en, el”.
palacio, y en breve tiempo le recorrieron todo adquirien-
do pronto la evidencia, no sólo de que no estaban allí,
sino de que se habían marchado embarcadas en aquel
a A A EA e
,- Ciegos-de ira y de despecho abandonaron el pa
anzándose á 1 OI ato Da
- En las instrucciones que Cesar ha
añeros, estaba previsto el caso de «
trataran de huir al campo llevándo |
Para impedir esto, había ordene do que a
ñas partidas de piratas recorriesen las afu
apoderarse de los que intentaran hu
La resistencia de los soldados, desd
—Comprendieron que el fuerte estaba y
Piratas lo mismo que las baterías