Ó LOS TITANES DEL MAR — | 11
los comerciantes más ricos, muerto por los piratas, las
cuales habían podido recoger en joyas y dinero una gran
cantidad que transportaron al galeón San Felipe sus cria-
ota; de los cuales cuatro habían marchado también con
ellas.
La llegada de todas aquellas familias fué un aconteci-
miento importante para Arica.
Tres días llevaban ya en la ciudad los recién llegados,
cuando una tarde en ocasión que estaban en casa de Gu-
rrea Carios y Angel, y se hablaba de las escenas que ha.
_bían tenido lugar en Cartagena con motivo del ataque de
los piratas, dijo Soledad dirigiéndose á Gurrea:
. —Temiendo estoy, y más de una vez durante el viaje
se lo he dicho á mi hermano. que la hija del virrey del
Perú haya caído en poder de los piratas.
No hemos de esforzarnos mucho para describir el efecto
que semejantes palabras produjeron en Carlos.
Después de las noticias de que Argúelles había sido
portador con la carta de Vargas, lo bl por polen
tenía mucha mayor. IporianolA. cs
Así fué, que dijo:
—Pues qué ¿estaba en Cartagena la hija. del virrey?
—¡Oh! Según D. Francisco Vargas, que había conoci-
do á mi padre en Cádiz, y que eran amigos bai no
sé cuántas aventuras habían corrido. |
—De modo que Vargas iba con D.* María. .
—Y también otro amigo suyo, un tal Lorenzo. |
_ —Y supongo que también la hija de éste y la de
ALA l
- —¿Que Vargas tenía una ». hija? —oxclamó sorprendida :
- Soledad. | | A
- —BÍ, señora; Carmen. dela de
-— —Pues yo no recuerdo haberla vieho, ni nada dijo á
nuestro padre, según creo. !
-—Pero la de Lorenzo... !
. —E»sa sí que la ví. Por cierto que Azucena, me parece
que así la llamaba su padre, era Una ana o muy
a Scion, y muy resuelta,