-Ó LOS TITANES DEL MAR
En aquel momento salió Florencio de su escondite.
Empezaba á amanecer.
- El pirata se adelantó hacia los dos personajes, y al
verle, la mujer lanzó un grito de espanto: mientras el
—No disparéi-, caballero... ,
hombre cogía una pistola que llevaba al cinto, excla-
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No disparéis, caballero, —dijo Florencio.—Que po.
dríais llamar la «tención y entonces estábais perdidos.
Estas palabras y los primeros resplandores del alba,
permitieron sin duda á la mujer reconocer á Florencio,
de - porque, deteniendo á su hermano, le dijo: