O LA BANDERA ROJA
que se habían perdido todos los depósitos que tenían en la
colonia, y la fortuna particular de cada uno de ellos.
Por esta razón, Cesar dispuso que Jos dos barcos que
estaban mejores, que ran el de Luis Argúelles y el de
Arregui, hiciesen cruceros de cuarenta y ocho horas. en
cuyo espacio podrían repararse algunas ot!a8 averías no.
- tan importantes, pare que pudieran salir otros dos barcos
á sustituirles. PRE a AO
-— Entretanto él, con algunos de sussoldados, hacía varias
exploraciones por el interior, á fin de ver si podía descu-
brir algo. OA A O LIS
Cesar, conocía muy bien toda la costa; no se escapaba
ásu vista la más pequeña cala, puesto que toda la habia
recorrido antes de emprender su arriesgada profesión.
-- Conocía igualmente por la parte de tierra, toda la
zona que enlazaba la comarca de Arica con Lima y la po-
- nía en contacto con las reservas de los indios; pero pre-
.cisamente por el lado donde había tenido que refugiarse,
- como que ya estaba muy retirado y era lo más áspero de
la costa, no tenía noticia algura de ella, E IO
da Erale necesario dirigir las exploraciones más bien que
hacia el interior, á la izquierda, Ó sea hacia donde había
estado la colonia de Arica. A
-—— De toda aquella parte de costa, lo más lejos que él co-
- nocía porque había estado más de una vez, era la ense-
- nada donde tenía su hermosa residencia Juana, la huér-
- fana que, queriendo vengarse de Miguel, había concluido
por enamorarse de él. O A
rn el propósito de ir á parar á esto sitio, emprendió
- Cesar su expedición, el mismo día que Arregui y Luis em-
- prendieron las suyas, pero sólo consiguió perderse en
aquellos bosques infranqueables, entre aquellas montañas
-—— escabrosas y ante aquellos impetuoros torrentes,
-—— Profundamente desconcertado regresó. or la noche,
2 diciendo á sus compañeros que el siguiente día, costárale
lo que quisiera, iba á dirigirse con su fragata hasta la
- ensenada que conocía para ver si había alli también sol-
Efectivamente, al amanecer, la fragata, recompuesta
- lo mejor posible, abandonó el fondeadero y se dirigió hacia
la ensenada donde residía Juana.