28 LA BANDERA ROJA
habían sosegado un instante, recorriendo toda la co-
- marca. ! ] | A e
Una vez conocida la aproximación del enemigo, empe-
- zaron los de Arica á disponerió todo para recibirle digna-
mente. z E | a |
Como Juan había podido enterarse de la distribución
- de fuerzas hechas pos el virrey, manifestó lo que á su jui-
cio podía ser más conveniente. A A
Dos de las divisiones que debían caer sobre la plaza
debían atravesar terrenos de las reservas indias. :
Como estas eran favorables á los Titanes, ellas eran
- las que debían evitar su avance... E
En su consecuencia, salieron algunos mersajeros para
dar aviso á las tribus y especialmente, la de los monta:
nos, capitaneada por el Jaguar, corrió á interceptar los ,
- pasos de la montaña. DE A
Los hijos del capitán Sancho. Ramirez, salieron al
-— frente de algunas compañías al encuentro de las divisio-
nes que según informes, debían de atacar por Ja parte de la
- hacienda de la A A IEA e o
- Miguel, Florencio y Argúelles al frente de la mayoría
- de los colonos, se adelantaron al encuentro del otro ejér-
cito que avanzaba al mando del virrey. LE
Solamente, según los informes que dió Juan, separaba
una jornada a las dos fuerzas beligerantes, cuando con
“gran sorpresa de todos, aquella tarde llegaron á tropezar
- con las avanzadas de los Titanes, algunos lanceros man-
- dados por un oficial, y llevando bandera blanca.
7 Sorprendidos los jefes, ordenaron hacer alto á los su-
- yos, y Migue! envió á Luis para que saliera al encuentro
- de los enemigos y se enterase de lo que querian...
- Poco después, regresaba el joven siendo portador de
un pliego que entregó á Miguel. o A
-—— —Ese oficial, —dijo,—me ha entregado ese pliego para
vos. Espera la contestación. ON
e il de el pliego y apenas le hubo leido ex-
A A A A A
-—————¡Ahl ¡Miserable! Siempre la traición y la infamia.
-— —¿Qué dice? —preguntaron Florencio y todos los demás |
oficiales que se habían aproximado á su ¿o O
Miguel leyó lo siguiente: E