-neros?.
pa que había sucedido.
8 LA BANDERA ROJA
El descubrimiento de sus crímenes, la perturbación
que . por efecto de semejante descubrimiento había pro:
ducido, por estar comprometido en grandes operaciones
comerciales, ocasionó un revuelo así en la esfera comer
cial como en la particular, que reunido á lo demás, au-
mentaba la agitación. | As E
Días después de estos sucesos, otro nuevo, volvió á dar
pávulo á las anteriores inquietudes. de
Había pasado sobrado tiempo para que la goleta Circe
hubiera regresado del reconocimiento que se la ordenó
hacer, al par que castigar al prisionero que llevaba á
bordo. De cs | |
- El gobernador había ordenado que algunas de las lan-
chas pescadoras ó las pequeñas galeras de cabotage, que
negociaban con las poblaciones de la costa, hicieran ave
-riguaciones respecto á la goleta. y ad
Pero todos estos barcos, regresaban al puerto, sin que
- lMevaran noticias de ninguna especie. AE
¿Que había sido de la goleta? ¿Se había verificado la.
ejecución en alta mar de aquel pirata prisionero? ¿Dónde -
estaban los dos barcos que habían desaparecido del puer- :
to, la misma noche que se hizo á la vela la corbeta?
¿Dónde estaban los soldados que se habían posesionado
de la Astuta y que sin duda se habían ido en ella prisio-
Y prisioneros debían estar, porque de otro modo, ó bien
- hubiesen regresado á la ciudad, ó se habrían encontrado
sus cadáveres en algún sitio. e y as
-—— Esta carencia absoluta de noticias, daba pábulu á toda
clase de conjeturas en su mayoría desagradables.
.
- «Un día, se vió cruzar por la ciudad dirigiéndose hacia q
el palacio del gobernador, dos pobres marineros, amarl-
Jlentos, flacos con las ropas destrozadas. MEA
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- Eran dos individuos pértenecientes á la dotación de la
corbeta Circe que cuando el abordaje del bergantín de da
Angel, al ver muerto á. su jefe “y por lo tanto perdido el
barco, se habían tirado al agua y á riesgo de perecer mu-
- Chas veces, consiguieron llegar á tierra.
Después de grandes trabajos consiguieron llegar á la
- ciudad siendo portadores de noticias bien desagradables.
- Conducidos á presencia del gobernador, le dijeron lo
- —¿De modo, decia el gobernador, —que el capitán