10 CÁRCELES Y PRESIDIOS
si todo el mundo profesara sus ideas, nadie trabajaria.
—Sólo se trabaja para alimentar á los ricos, —exclama=
ba;—¿por qué en vez de ello no les quitamos su dinero?
Estaba en relaciones con una tal Ana Benoit, que habia
conocido en una casa de mala fama, y la obligaba á trabajar
de lavandera para que le mantuviese.
Bastide-Gramont, otro de los que había: contribuido 4 la
realización del crimen, era primo de Fualdés. Se distinguía
por su elevada estatura y vivia en una granja, en las cer-
canías de Rodez.
Se decia que era aficionado á los negocios inordubiilai |
en los cuales hacia algunas ganancias. Estaba casado; pero
andaba siempre tras de las mujeres de vida alegre.
- Ana Benoit le habia concedido en otro tiempo sus favo-
res, y en la noche misma del crimen, Bastide habia estado
en casa de los Bancal.
Fualdés había encargado á tal hombre la negociación
de unas letras, recibidas y firmadas en pago de una hacien-
da que habia vendido.
Asi es que, el día 19, fué á casa de Fualdés para decirle
que había hallado quien tomaría dichas letras mediante un
descuento de un cinco por ciento; pero como no encontró
al juez en su casa, dejó recomendado que, cuando volviese á.
ella, se le participase la noticia.
Debemos hablar también de un tal Jausión, complicado
en el asesinato. Se dedicaba á los negocios de banca y era
un hombre de pequeña talla, de facciones duras, seco, del-
gado, y que gozaba fama de rico y probo. Era amigo de
Bastide y se decía que el uno nada hacía sin el otro.