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LA MÁSCARA ROJA
HÉROES DESCONOCIDOS
DESPOSADO GON LA MUERTE
ORDEN TERMINANTE
A pesar de los refuerzos que habían conseguido llevar á Zaragoza
el marqués de Lazán y Ricardo Navarro, nada se habia mejorado la
Situación de la heroica ciudad.
Si los zaragozanos habían formado empeño en que sus contrarios no
Pudieran apoderarse si no de un montón de ruinas y centenares de cadá-
veres, los franceses también estaban resueltos á no separarse de allí
Sino cuando no quedara ni una casa en pie, ni un individuo en estado de
Poder manejar un arma.
Los soldados que los franceses sacrificaban ante Zaragoza, los repo-
hían con otros nuevos.
A una división destruida, sustituían con otra nueva y á un general
fracasado, sucedía otro de los de más fama.
En cambio, en la ciudad, las casas que se derrumbaban no po-
dían ofrecer más que ruinas; los hombres que caían y que perma-
ecian insepultos, no facilitaban más que la propagación de la epidemia
y á los jefes que sucumbían luchando cuerpo á cuerpo, no podían susti-
tuirles sino por individuos famélicos, debilitados y en los que únicamen-
le había tenacidad y valor.
De los guerrilleros de Navarro, lo mismo que de los soldados de La-
Zén, fueron muchos los que cayeron.
Los hospitales ya no podían contener más enfermos y heridos, y el
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