LA MÁSCARA ROJA
OTRA NOTICIA INESPERADA
El marqués, no daba tanta importancia sin duda, como su mujer, á lo
referente á la Máscará, porque se encogió de hombrus y se marchó a
recorrer su finca para ver como marchaban los trabajos de campo.
El día siguiente, el marqués de Vallés, iba á marchar á Tarragona
para adquirir noticias, cuando se presentó en su casa un buhoxero car
gado con un cajón lleno de baratijas ordinarias y un fardo de telas soli-
citando hablar con el señor marqués.
La aparición del buhonero en el gran patio cercado que precedía al
verdadero edificio, atrajo á muchos de los trabajadores da la hacienda,
ansiosos de ver los objetos que llevaba el vendedor así como de saber
Noticias.
Entretenido estaba el buhonero con los trabajadores, cuando el mar-
qués, salió al patio y se aproximó al grupo diciendo: :
—Creo que habéis dicho, buen hombre, que deseábais verme.
—Así es, señor marqués —repuso cortesmente el buhonero,—y perdo-
nadme si os he molestado.
—No me molesta nadie cuando desea verme. ¿Qué queréis?
—Desearía que me permitiéseis mostraros, pero particularmente á
vos, algunas joyas de cuya venta estoy encargado y que me parecen dig
nas de la señora marquesa,
—¡Joyas digisteis, y de valor!...—dijo el marqués fijando una mirada
recelosa en el vendedor.
Sin duda éste, comprendió lo que la mirada y las palabras querían
decir, porque se apresuró á contestar:
—Puedo aseguraros que os indicaré la procedencia de esas joyas, y
Os convenceréis de que no pretendo engañaros.