¿Habria llegado ya el moniento de decirle la: verdád?
fonces su amado no admitiría una corona que no le
“cía, y volvería a ser para ella lo que fué antes. Se
Mita 4s di
Ao En Santo lazo y serian los seres más dichosos' de la
Pa, :
Derte
tr Pero entonces volvería a reinar el rey Carlos, y las: gue»
“tre los: dos países se prolongarían años y años.
o deseaba la paz; la impondría seguramente... ¿No
Si ap d una perjura a la causa que trataba de defender
ce CáTtaba. del trono al Rey pacificador?
| quí Se le presentaba el magno problema de su vida. -
los A Que decidirse entre las aspiraciones de mujer y
Paz,
tra e mismo conilicio entre los dos deberes le decía: que
ua elegida, M7 Ocmnto
diia 0 la il
Canto "que, en efecto, ¿qué era ella? Una mujer insignifi-
labo” 'Shorante, pobre, desvalida. Y, sin embargo, se ha-=
Royo, Slada en asuntos de Estado; era mensajera de
Mmplay, "lada por un Rey, y podía influir en su: ánimo. para
pesttar la paz | !
O: ads ua?
Sidos % A costa de un gran sacrificio, como todos los 'ele-
de» ES:de un ser predestinado por el Cielo para una obra
to Habiaso Ni
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Y
evado consigo los «Jocumentos hallados en el
traidores. Pero aun quedaba la carta Compro»
¿Qué > Manos del conde. EEN
ión | edo hacer si éste insiste en pedirme esa vil con-
Dor la; 1 Cambio de la carta? ¿Debe llegar mi sacrificio
”¡0h . “Sta el extremo de entregar mi honor?
as Y ¡La Virgen Santísima no lo consentirá! Sería