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. En Vano sus jefes impontan severos castigos; la solda=
“Sca fardecida, llena de odio, cometla toda clase de des-
anes,
' Sin embargo, el general Romano no desesperaba. Per-
a lecia tranquilo; con esa serenidad del hombre superior
“le no se amilana con el fracaso, :
“Tdenaba la retirada entera del país para reconcentrar-
“ército Cerca de la capital, junto a una pequeña cordilie=
JS formaba anfiteatro sobre un valle,
lan los pueblos enteros eran abandonados por me e
bech.? Que huían llevándose sus ajuares, cio q CO=
deja S Para que el enemigo no pudiera aprovecitarlas, no
"do en los pueblos ni un mendrugo de pan. E
Mo, Capital recibía de continuo convoyes de heridos en
0 tan ESpantoso que cundía el terror por todas partes.
dan ladros de dolor, escenas desgarradoras se multiplica=
IM Cesar.
al Ba Pasado repentinamente de la alegría del triunfo
"Or de la derrota. . Le
| od Victor no cesaba de conferentiar por telégrafo cón
al en jefe,
tido aba continuamente los hospitales atiborrados de he-
Dajg * Ónde iba desapareciendo lo mejor de la juventud del
E j
Eur, n9 én medio del desastre le reconfortaba Romano ase-
dole Que el enemigo sufriría un descalabro.
E Princesita no cesaba de llorar.
Me Se VANO trataba el padre de consolarla; el espectáculo .
For "ecia a la vista la Oprimía el corazón.
ag, 9, al mismo tiempo, veía perdidas sus ilusiones amo-