LA HONRA DEL HOGAR “1331
se decidió a pedir a su mujer la explicación de aquel
Misterio.
* No podía presumir absolutamente el origen de
Aquel lujo tan extraordinario y costoso.
eE: va.
KR. E
su mujer, dirigióse a él aquella noche.
Esther recibió una gran sorpresa.
Nas salía más que lo preciso. .
Rosa acababa de prepararla para dormir.
_Ssta noche?
- —¿Para qué? ¿Es preciso que te anuncie mi visita
e
-8lo xvim?
-—Por lo menos, pedirme proa para pasar aquí
la noche.
- —¿Yo? ¿Y quién trata de eso?
—¡Ah! erro :
—No.
—Entonces, ¿a qué « se debe, señor conde, el honor
de esta visitaP—preguntó Esther, cubriéndose los des-
Rudos hombros con un chal que encontró a mano.
-—Necesito que tengamos una explicación.
—¡Hola! ¿Y sobre qué hemos de explicarnos?
YO no+.. Tú.
El conde, que rara vez entraba en al gabinete de
Hacía más de un mes que su marido no parecía”
de noche por aquel departamento, del que antes ape-:
—¡Oh!—exclamó Esther al. presentarse su espo-
S0o—. ¿Por qué no me has avisado que ibas a venir
Rocturna, como hacían los grandes señores del si-