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—Debió usted empezar por ans: a la famila.
—Claro, sí; esa era mi intención. Pero estuve llamando. a
la puerta; nadie me abría, hasta que.se me ocurrió empujar
la verja. Cedió y entré tranquilamente, esperando encontrar
a alguien en la casa... No vi a nadie, y me dues ESPA de
Y esperando me quedé dormido,
"Les ruego que me perdonen la osadía; pero mi intima
amistad con elimarqués...”
¡—Está bien, señor—dijo. Mateo—. No. dudo de que sea
cierta esa amistad; pero comprenda que su modo de proce-
der se presta. a Ins ap rsiaeiones nada lid: para su
persona: exo: ;
—En efecto, debió esperar: a qué: se e le abriese y se le per-
mitiera Jaysentrada. Lo natural hubiera sido venir de día. _.
SÍ, lo. comprendo; pero..es que necesitaba hablar. con
usted; es decir, con la señora viuda de mi.amigo.
—¿Qué tiene usted que comunicarme? :
¿HA usted, nada, señora, como no, sea ofrecerle mis, res-
petos... Con quien tengo que hablar, como.he tenido el ho-
norode decirles, es:con la vindard con la mar QUSSA, vamos, la
verdadera viuda.
-—No comprendo lo que quiere ustod decir.
yy Eso me prueba que.mi amigo, mi pobre amigo, lé ocultó
¿el secreto.de. su- vida, y ¿por 10 tanto, ¡que ignora usted que
ese matrimonio es nulo, puesto que vive la: primera esposa,
o rMe «parece, caballero, que aun, no ha. despertado usted
de su profundo sueño. :
En ese: caso diría diibacates, y estoy diciendo la pura
- verdad. Pronto puedo probárseio a ustedes; bastará que. de-
anos. juntos un paseíto por; el. parque. :
——Bueno; hablemos claro—dij 0 Mateo—. ¿Qué se propo-
ne usted con todo eso? -