Do JUAN DARIO
— Ahora hay que procurar eliminar a Panalito.
-—Esperemos unos días, a ver qué ocuire.
Contentos con su victoria, los dos siniestros personajes
no pudieron sospechar que habian: caído en una HIPS,
hábilmente preparada.
. Como suponía Larrañaga, el brillo de su triunfo les ce-
“gaba y no les permitia ver claras las cosas.
Don Gonzalo, una vez de acuerdo con Dorotea, se di- :
rigió a su despacho.
Varias cartas le esperaban.
Entre ellas, la que firmada por Diego. de Mefdoza, so-
licitaba el piso habitado por Diego Caireles y su familia
Don Gonzalo no:sospechó nada.
La carta, por otra parte, le produjo contento.
Él piso podia: alquilarlo, aunque tuviera que echar a la:
calle a Elisa Tormo y a sus cinco hijos huérfanos de padre.
¿Qué le importaba a él la miseria ajena?
A él, lo único que le interesaba era la administración de
su dinero, pues suyo y bien suyo era el dinero de la duquesa a
de los Breños. :
De modo que, sin o mucho, se puso a la máquina
y escribió la respuesta a la oferta, A, a
La tarta decía asi: ;
| “Señor don rd Mendoza. - REL
Caballero: de Gracia; ab. Ze.
> : Madrid.
Y
Muy señor mio: Én respuesta a su atenta fecha de ayer,
solicitando el piso que hay vacante por el fallecimiento del
inquilino que lo ocupaba, le man ifiesto que puede pasar por.
asta su casa cuanto antes para ultimar los detalles.