— 5213 —
tengo inconventente en hablar... Vengo a: acabar mi ven-
ganza.
T ¿Piensas todavía en eso?
—¡Hasta que la: consume!
— ¡Qué odio tan grande!
—Sé que Amelia está sola y necesito que me informes bien.
——Te equivocas.
—¿No quieres informarme, Félix? ¡No te olvides de nada!
—No, mujer; te digo que te equivocas si crees que Amelia
está sola, porque no lo está...
—El maqués ha de estar en Francia...
"Está aquí, en Madrid, y vive con ella,
-——¡No importa!
Además, está su hijo, que'se ha casado én el extranjero
con una joven Hamada Marta...
—¿Marta?.., ¿Marta qué?
—"Lo ignor0.
—¿No será Márta Mendoza?
5—No lo sé; pero... pudiera ser, Marta no es un nombre co-
friente... Tienen un niño de pocos meses...
Las ojos de Fuensanta lanzaron siniestras llamaradas.
Acababa de acariciar algún proyecto infernal, de los suyos
al oír que tenían un niñito.
—¿Un niño?
—Si, muy hermoso... Les nació en París... :
—Marta... París... ¡Ohi Se trata de Marta Mendoza,
-—No lo creo... ni dejo de creerlo: Su padre atirma que está
€n Alemania, en un colegio, educándose.
—¡Ahi Y a otros les ha dicho que ha muerto.
—¿A quién?
A alguien. Lo sé de buena tinta... ¡Vaya, si es Marta
Mendoza!... ¿De moda que todos reunidos?
A