pi frases que le diría su amada. Para él no había más
que una idea, que iba cónvirtiéndose en una obsesión:
buscar el modo de adquirir una pequeña cantidad, pa-
va con ella jugar a la Bolsa y enriquecerse como el
eúmprador del hotel se había enriquecido, y al fin po-
der aspirar «a casarse con María.
Su afán de conseguirlo hacíale desvariar, nublan-
-do su clara inteligencia hasta el punto de confiar en
que un prodigio del azar se repitiera en súu exclusivo
provecho. : A :
Aquella obseSión era tan absurda como la del hom-
bre que confiase en conseguir el premio mayor de la
lotería... sólo por el hecho de que él lo necesitaba.
- No veía más que Semejante medio para vencer el
terrible obstáculo que su pobreza oponía a la conse-
¡A Y con la'ingenua falta de lógica de quien es vícti-
So eución de sus propósitos matrimoniales. :
: ma de una monomanía, repetíase mentalmente:
ES —¿Por qué no he de ser yo afortunado como el
comprador del hotelito? E ,
pi
M.—2o.
| EDITORIAL CASTRO —Piusa de Foto Pomerzo Ga Torres, nfma. 1. Maeris