Full text: [Tomo] 1 (1)

  
  
  
  
   
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¡MALDITA! 
  
pa 
lo crea: estoy perfectamente serena, tranquila. Por eso 
le he hecho esas recomendaciones. A fin de cuentas, 
ya no hago falta a nadie en el mundo. Ahora iré a reu- 
nirme con mi pobre marido. Bien sabe Dios que le he 
sido fiel siempre y que no he querido jamás a ningún 
otro hombre desde que le conocí a él. 
1 
Hondamente conmovida por lo que Filomena fe 
corifiaba, María apenas acertó a prometerle que cum- 
pliría exactamente cuanto le encomendase. 
Clarita, a la que no habían dejado penetrar en la 
alcoba desde que la enfermedad entrara en su periodo 
agudo, se aproximó a la puerta, reclamando ver a su 
“chacha Filo”. Quería verla, y lloraba al encontrar re- 
sistencia para el cumplimiento de su propósito. N 
La insistencia de la criatura hizo que la patrona se 
percatase de lo que sucedía. Y exigió que la niña en- 
trase, cosa a la queMaría se vió obligada a acceder. 
Clarita abrazó y besó a su “chacha” con tal ter- 
tiura, que las dos mujeres no pudieron contener las lá- 
grimas. Diríase que doña Filomena adivinaba la pro- 
ximidad ineludible de su fin-y que sabía que nunca vol- 
vería a jugar con aquel ser inocente, en el que había 
depositado todo el afecto maternal, cuyo natural em- 
pleo no pudo realizarse nunca. | 
   
  
	        
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