CAPITULO XXIV
El abogado novehsta
UANDO Jiménez leyó en los periódi-
cos ia información del crimen no pudo
Zas evitar una sensación de sobresalto.
20% Por emtpedernido que Sea un delin-
cuente experimenta un hondo malestar al ver cumpli-
dos sus indignos planes. Es un conato de arrepenti-
miento.
A la tardía reacción de su conciencia uniase el te-
mor de que, por una circunstancia fortuita, inesperada,
Se descubriese que él había sido el promotor del. hecho
el verdadero culpable de que se realizara. e
Pronto, sin embargo, comenzó a recuperar la segu
ridad en sí mismo y a considerar la situación desde un
punto de vista más favorable. Cierto que Elías Méndez
aún no había muerto; pero, según los facultativos que