> Anmque de carácter muy independiente, Rubí no qU
provocar habladurías ni escándalós en ningún sitio, Y ' de
nos en Barcelona, donde había: muchos personajes qua
conccían.
Con el auxilio de dos perdidos, vendidos asu: ines?
E Rubí ayudó a Elena a raptar su hija, ya sabemos cómo.
a
El era el caballero que recibió a la niña en el carruyge Y”
dond o a los brazos de Elena.
Dados estos antecedentes para completar la pcs
de estos dos nuevos personajes y para poder cd
gunas de los sucesos que van a desarrollarse canudarcM 06.
ahora nuestro relato en el pao en que lo interraspim
CAPITULO LXIX
Consejos y advertencias
eS
A
'olvamos al momento en que Soledad fué depositada.
un lujoso lecho, donde su madre la acariciaba, contemP de
-dola con orgullo, complacida al ver acrecentada la belleza,
niña por las sedas y encajes que la rodeaban, y que.
violento contraste ofrecían con SS pS pobres, casi mí
rables.. : :
—Contemplábala con una extraña macrtla de sentim
aposibles de traducir en palabras. ale
Sin duda para evitar el que sus expansiones mate
uvieran A a testigos, Elena había ordenado que