APARTAMIENTO DEL ALMA DEL CUERPO -
Relación: para contemplar sobre la hora de la muer te, y el gran. dolor
-
que siente el alma cuando se Ea pu Ea
¡PRIMERA PARTE a
Oifad el clarin sonoro
que con ecos compasivos
pretende muy fervoroso,
de la caridad movido, .
despertar á los mortales |
que están en culpas metidos, .
sin mirar que á Dios ofenden,
ni que yan por el camino
muy cierto de su despeño;
por Jo cual ya les suplico .
que procuren enmendarse,
y despierten los sentidos, .
porque á menudo la muerte
viene cortando los hilos
vitales con su guadaña. .,
Bien sabéis que Jesucristo.
es tan recto. y. justiciero,
como piadoso y benigno,
- y que nos ha de pedir
cuenta estrecha, esto es muy fijo,
y tan pronto ha de llamar
al anciano como al niño.
Ante Dios seremos todos .
iguales, porque allí al rico
no le ha de valer la hacienda;
ni á pontifices y á obispos
las tiaras y las mitras
que en el mundo han poseido,.
ni á los reyes las coronas
de esmeraldas y záfiro,
porque allí solo valdrá.
el haber á Dios servido.
Y pues con ecos tan altos
nos está llamando Cristo,
noten todos los cristianos,
los que están con sus sentidos,
el dolor intolerable, |
los sollozos, los suspiros
que siente en sí el alma, cuando
a] partir de aqueste sitio
se despide de su cuerpo,
pues tiemblo yo en referirlo,
oirán lo que dice el cuerpo
disculpándose asi mismo.
Despierta, alma, despierta,
harta de mundanos vicios,
que ya ha llegado la hora
postrimera, en que hemos visto
á la parca que pretende
con el acerado tilo |
de su guadaña, cortar
hoy de nuestra unión el hilo.
Ya se acabaron Jos gustos,
y los ratos divertidos
que en las fiestas te ocobll
echando siempre en olvido
misas y los sermones
“por ho querer ir á oirlos,
y que ya llegó la hora
de tu ida y el fin mio;