CARLOS
asalto que preparaban dar al
complicaba la «situación.
Un poco más de cerveza, señor ca-
pitón lI—decía Joe Blackbaern, que tenía in-
-terés en agradar al oficial.
5 Bolton miró su reloj.
—Antes debo dar órdenes y organizar
patrullas que han «de recorrer la región
- durante la noche. ¿Comprendéis? Por si
_les da la idea á los bandidos del «Kopje»
. de burlar nuestra vigilancia, antes de ama-
_necer, es preciso tomar medidas para cor-
tar el camino. ¿Me permitís un momento?
En seguida vuelvo.
a capitán se levantó, tambaleándose un
: poco. SS a
- Luego que “hubo cala SE tres
amigos se miraron.
Que el demonio me ahogue, si no.
: son estas las noticias que nosotros AeB--
: - perábamos—dijo, Jim Blackbaern.
Se —¡ Ay, ayl... Noticias inesperadas, es ver-
dad, pero no tan buenas como crees—afir-
mó Joe...
—En efecto, los ingleses que quieren to-
z
mar. el «Kopje» á
«misma ocasión: vienen acaso ul trastornar
estros planes... CAER
El vizconde se interpuso: '
—Amigos. míos, permitidme una able
tencia; hacéis mal en “maldecir. á las tro-
inglesas. que. quieren apoderarse de.12>>
caza que queremos apresat nOSOtrOS;- zo.
ue debemos. temor. es lo que los: destrayan 3
sus obuses Ed sus «dun, dum».. ¿No
porqué me miráis. Como. si hubiera. ba-
do de la Tuna? dl ON de ¡
— Adónde vas. á parar?
Eje 2 si la Aina “Jorseía y sus
nuestros pájaros por la
SOLO
y que la heredera de Zimbo gime apri-.
sionada; nos creamos
esos carceleros,
inteligencia entre
lo que no es difíci ha-
ciendo sonar buena moneda; Morgenstern
ó Bridge á quienes la pequeña no conoce
pueden insinuarse cerca de ella, ofrecerle
la libertad; la llevan lejos de los que la
guardan y nos la envían. Entonces nos ha
llegado la parte mejor, puesto que tenemos
cuidado de dejar marchar á sus compañeros -
á Ceilán, 4 Santa Elena 6 4 las Bermiu-
mudas, donde no nos estorbarán más.
—Arreglas las cosas á tu modo.
—Porque así es como deben pasar. ¿No
disponéis de dollars de la banca Jackson
and C.2 y estos dollars mo os dan la llave
de oro que abre todas las conciencias, lo
mismo las inglesas que otras, dicho sea
sin ofender á nadie? Y además yo tengo:
otras noticias que demostrarán como A
“por B que perdemos el tiempo esperando .
aquí con gran contento de la señorita Jos-
- selín. Habéis creído durante mucho tiem-.
po, como yo mismo, que éramos los más
“maliciosos y que nuestras precauciones es
taban bien tomadas. qe
:—SÍ por «cierto. —
—¡Pues bien! ¡Os engañáis! La joven:
cita nos ha hecho espiar. A la hora presente
debe saber qee estamos aquí en epa
—Suya.' :
Jim y Nos Elackba dal se - sobresaltaron..
- El vizconde le comunicó entonces su úl
mo descubrimiento reuniendo con tal maes
tría las pruebas y las conjeturas, que los
IS dueños de la mina participaron en
“teramente de su convicción, es decir, que el
_ clérigo, el «corresponsal». y el mozo de
Ma quinta vestido de: verde y negro no
_eran otros que el « comisario encarga ]
_ seguines la pista. | AA
Los bandidos eran ilcsilajaio: au :
para. “sorprenderse de la audacia de cc... a
epoca im ¡
PS