PRÓLOGO
Librenos nuestra estrella de meter la hoz
en la enmaranada maleza de nuestras cues-
tiones financiero-internacionales, que, aun-
que por sana curiosidad y hasta patriótico
deber, habremos de estudiar, no exigen en
modo alguno la obligatoria exposición de
nuestro concepto personal.
Y, luego, aquel concepto está a medio for-
mar.
Ya el ilustrado autor del presente libro ha
manifestado, con la neta claridad, el firme
tacto y juicio seguro que lo caracterizan,
cuáles son los antecedentes de la famosa cues-
tión fallada en Lausana, cuáles los alcances
del laudo, cuáles las fases, adversas o favora-
bles, que él envuelve para el Perú. Y, seguro,
como es, que otros adalides, poseídos de toda
la majestad encerrada en el asunto, y arma-
dos de todas armas, han de saltar sobre la