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Será este mejoramiento del suelo aun más necesario en
lugares donde, por el declive del terreno, la pérdida de aque-
llas sustancias minerales se verifica además por las aguas de
lluvias que ya disuelven, ya arrastran constantemente con
la tierra movediza una porción de ellas, probablemente aún
mayor que la cantidad contenida en los granos de café.
Respecto del carbonato de potasa hay que observar que
la mayor parte de los cafetales de Venezuela no es deficiente
en esta materia, a lo menos en las regiones de la sierra cos-
tanera, cuyas rocas, esencialmente gnéisicas, contienen de
45 a 50% de feldespato, mineral que da cerca de 17% de
potasa. Pero no sucede lo mismo con el ácido fosfórico,
que debe darse al suelo por medio de abonos fosfatados,
como v. g el fosfato de cal (8),
Hemos tenido a la vista una muestra de café que
era una comprobación del estado raquítico resultante
de la insuficiencia de sustancias nutritivas y del agua.
Pudiera llamarse café enano o café cebada, pues los granos
tenían solo 5 a 6 milímetros de largo y apenas 4 de grueso,
y cien de ellos pesaban (dos años después de cosechados)
no más de cinco gramos. La muestra provenía de la hacienda
«El Rosario», a tres cuartos de legua de distancia de Santa
Lucía», y que es propiedad del señor Santiago Sosa.
c.—Exceso de sustancias nutritivas y de agua.
Atribuimos a estas causas las siguientes enfermedades
que hemos observado en el árbol de café: chupones y fron-
dosidad excesiva con supresión de flores y frutos.
Son los chupones unas ramas vigorosas, creciendo en
dirección perpendicular y cou entrenudos excesivamente
largos, que salen las más veces del mismo tronco, o
a lo menos a corta distancia de él. Raras veces se hallan
en árboles fuertes y robustos, estando más frecuentes en los
que manifiestan una alimentación insuficiente por sus ra-
mas cortas y hojas más pequeñas. En inviernos abundan-
tes se aumenta de repente la subida del agua por el tronco,
y se despiertan en él yemas adventicias, que dan origen a
ramas verticales, porque el ascenso del agua es más enérgi-
(8) Exceptuando tal vez este último, el fosfato de cal, todas
las sustancias minerales indispensables para el desarrollo del café
parecen encontrarse en proporciones suficientes en los subsuelos
de Venezuela. Son practicamente inagotables y bastan arados
más o menos hondos para traerlos a la superficie. Esto lo hace
también la misma agua, en suelos bien acondicionados, por virtud
del principio de la capilaridad. Nos parece de más importancia
la aplicación de abonos vegetales, tales como frijoles, hojas secas
de guamos, etc, que, regadas en la superficie del suelo, contribuyen
además a moderar la evaporación. -H. P.