¿CULPABLE ? 69
Entonces Paolina volvióse hacia mí, y
vivamente, enitaliano, (pues ni Mistress
Wentworth ni sus hijas conocían aquel
idioma) me preguntó:
—¿A qué- ha venido usted? Hubiera
podido evitarme esta prueba.
—No vine por mi voluntad. Walter
me obligó á ello —respondí.
—¿Sospecha algo? ¿Está isa seguro
de que no? ;
- —Enteramente A
Pero recuerde usted lo que la dije en
- Brigthon. No intente usted casarse con
- ste hombre; es mi amigo. :
—Me lo dijo usted hace tres meses—
repuso Paolina, encogiéndose de hom-
bros, mientras May y Dora trataban
“inútilmente de penetrar el sentido de
nuestras palabras. Sus rostros expresa-
ban la más viva curiosidad.
- Lo dije y lo po seca-
mente.
—¡Cómo! ¿Pretende usted descu-
brirme?
—Sí; como usted me nión
respondí con alguna aspereza, —Anule
usted su compromiso; de lo contrario su
_Obstinación le acarreará graves con-
- Secuencias.
Entonces, inclinándome hacia Mis-
- tress Wentworth, que estaba sentada al
- amor de la lumbre, ocupada en alguna
- €entretenida labor, cade á decir en