72 W. LE QUEUX
apiadaría usted de mí! Quería confiar-
me áusted antes de huir de Florencia,
pero fué imposible... No podré explicar
ciertos detalles... Imposible.
— Pero es necesario que lo haga.
Hablémonos en cualquier parte—le su-
gerí.—¿Dónde? Estaré pasado mañana
á las dos en la estación de Brackley.
Esté usted allí, y pro hablar sin
inquietud. :
En aquel instante se abrió una puerta
del hall y aparecieron Walter y Mister
“Wentworth.
Nuestras confidencias quedaron inte-
rrumpidas. Con todo, cuando nos sepa-
ramos dos horas después, Paolina halló
medio de deslizarme al oído que asis-
tiría á la cita.