264. LOS PIRATAS
pues Mr. Gibbs comprendió que era ó un insurgente 6 un
pirata.
Alas siete y media de la tarde, el bergantín, que venía
sobre el Morning-Star, dió una orzada y disparó un tiro, ca-
yendo la bala á un cable por la popa del buque. Continuó
dándole caza, y el Capitán Gibbs, entretanto, no accedía á
los deseos de algunos pasajeros, que querían detuviese la
- marcha.
A las ocho disparó el bergantín otro cañonazo, y la bala
cayó á cien yardas de la aleta de estribor. Viendo el Capi-
tán Gibbs que era imposible la huída, pues el bergantín, por
su superioridad en el andar, lo alcanzaría antes de media ho-
-ra, y comprendiendo que si persistía en forzar de velas re-
cibiría algún balazo el casco, ó podría venir abajo un mas-
telero ó una verga, dió orden de meter las velas menndas.
En vista de esto, el buque pirata pronto se colocó á tiro de.
pistola, disparó un cañonazo sin bala, y bajando la bandera
azul inslesa, izó una de Buenos dro, con los De ÓN
blanco y azul, en dirección horizontal.
- El Capitán Gibbs gritó entonces: ¿Qué quereis? La contes-
tación, dada en idioma inglés, fué: Soy colombiano; aferre
usted las velas de juanete, y envíe un bote. Las mujeres, los
niños y los pocos inválidos que pudieron subir sobre cubier-
ta, se habían reunido próximos á los barriles de agua, que
estaban junto al bote grande, y contemplaban el extraño bu-
que. El Capitán Gibbs nabía contestado que no tenía ningún
bote que pudiera navegar; pero tan pronto como pronunció.
estas palabras, dispararon desde el bergantín un metrallazo,
- con la intención evidente de barrer la cubierta de especta-=
dores, pues la metralla dió en el buque, en los barriles de
agua y en el bote grande, y un inválido del Regimiento de
línea núm. 416, fué herido en la espalda. Se contaron des-
pués setenta diferentes sitios del buque donde alcanzó la
metralla.
- Sin medios de defensa, as desprovisto de toda
Clase de armas y municiones, hallándose el bergantín á tiro
de pistola, con seis cañones dispuestos para repstea la agre-