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pensan la indemnización de veinte guerras que hubiese:
perdido Bolivia.
Ríos Gallardo confiesa haber escrito su libro con
dureza; pero su prologuista cree que con igual fran-
queza juzgaría los hombres y los hechos de su patria.
- Dudamos que un escritor fogoso y apasionado sea ca-
paz de hablar a su siglo la verdad.
Si Ríos Gallardo fuera boliviano no pensaría
como piensa. Ningún hembre sensato que vive en su.
época y no en la antigiiedad, diría lo que él ha dicho:
“Bolivia al cifrar sus aspiraciones marítimas en 185
reivindicación de territorios, está atentando contra su.
dignidad internacional y poniendo en peligro su inde-
pendencia económica, pues a no mediar una pronta
y leal reacción hacia los procedimientos limpios y cla-
ros a que Chile le ha invitado insistentemente, se
convertirá en una efectiva esclavitud y una ominosa
anulación de su personalidad de nación soberana”. Esos
términos se usan para pueblos bobos o para pueblos
niños. Don Eliodoro Yáñez sabía por que decía en el
prólogo que ha escrito, lo siguiente: “el nobilísimo se
timiento de defensa de lo que atañe al país que nos vió -
nacer, no debe llevarse hasta desconocer la verdad o
impedir que se forme un juicio acertado y sereno sobre
las verdaderas convéniencias nacionales” E
Una nación que se asfixia y que no tiene para salir :
al mar otro territorio que el suyo, del cual ha sido