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cambio que se operaba en la política de Chile. — Pen- 
dintes como se hallaban de la aprobación de su Con- 
greso, los Protocolos aclaratorios, lo natural y correcto 
era esperar que aquél se pronunciara, sea aprobándolos : 
o manifestando las fundadas razones que tuviera para 
rechazarlos. 
Esto era lo natural; y se muestra en relieve, que: 
esa debía correctamente ser la única base de toda ges- 
tión diplomática entre ambos Gobiernos. 
Por tanto, las proposiciones formuladas por el 
señor Konig, en su nota de 13 de agosto último, es 
ron, desde luego, rechazados en su fondo, por la de res- : 
puesta de 15 de octubre inmediato. : 
Con todo, y apesar de la mala impresión que la 
nueva iniciativa produjera, tales eran la buena volun- 
tad y el perseverante propósito que abrigaba el Go- 
bierno boliviano, de arribar por fin al establecimiento - 
de una paz definitiva, que le permitiera atender más 
desembarazada y eficazmente al desarrollo de su .o- 
mercio y de sus cuantiosos gérmenes de riqueza, que 
volvió a tomar en cuenta la nueva proposición, con el 
deseo de ver si dentro de ella, era posible hallar una a 
mejor solución, y compensaciones que fueran más equi- 
tativas y convenientes a los intereses de ambos países 
y aceptables, sin desdoro, por Bolivia. : 
Con tal propósito se dió lugar a un franco y amis- 
toso cambio de ideas entre el señor Presidente de la 
República y el señor Konig, en busca de una solución 
posible, 0 
Hiízose notar al Plenipotenciario de Chile, que la