184
confesó á Rubén sin disculpas ni rodeos
que no le permitía marcharse. Que bien
podía antes dejar todo lo del mundo, el
deber y lo sagrado y todo..... de ningún
modo, ni bajo ningún pretexto consentía
su ausencia..... ¡Podía olvidarla! ... y en-
tonces..... sin duda que moriría de tris-.
teza.....
Rubén, pidiéndola perdón, la rogó acep-
tase el proyecto que había formado; siem-
pre contando con su permiso. Este pro-
yecto era pedir su mano á Raúl; retardar
un poco su viaje, verificar un delicioso
enlace y después ya podían viajar reuni-
dos hasta el fin de su vida y hasta el fin
del mundo.....
¡Ahora sí, que había adivinado el pen-
samiento de Wenceslina y realizado el
gran capricho, el primero y mejor, el
único y el más hermoso capricho de su
vida!.... Así se lo manifestó á Rubén lle-
nándose los dos como á porfía, de ternezas,
expansiones y cariños; y realizando allá,
entre sueños aún, los más risueños proyec-
tos y las más deliciosas esperanzas.
Pero la dicha no es duradera en el
mundo, y al día siguiente, sobre aquellos.
extensos y floridos campos de alegres es-
peranzas, hubo. rocío de lágrimas, incen-
dio de iras y nubes de tristeza :
Rubén acudió á la entrevista con el.
corazón destrozado' por la más cruel y
¿marga de las contrariedades. OR
Así se lo manifestó á Wenceslina, quien:
por el contrario acudía segura al triunfo y