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- Cuando Moreira supo que el juez era Marañon, inontó rápi-
do a caballo, y se alejó presuroso diciendo:
— Pues me voy, porque no quiero que ese hombre tenga
ningún pa por causa mía, y me voy del partido, a donde
no he de volver mientras él sea justicia.
¡Es el único hombre qe quiero en esta vida!
Y Moreira se alejó al galope largo, yéndose a hacer noche
en casa de unos amigos en las ofillas del pueblo. :
Serían las ocho de la noche cuando apareció en el rancho
donde se albergaba Moreira, previo aviso del Cacique, el mismo
sargento de la partida con quien habló en el juzgado.
El sargento era portador de un recado del Juez de Paz Ma-
rañon, que mandaba decir a Moreira fuese a verlo inmediata-
mente a su Casa.
No sabemos hasta que punto tengamos dortalo a hacer uso
de estos datos, y si hay en ellos alguna indiscreción pedimos
humildemente disculpas a aquel digno caballero, en vista del
móvil que nos guía.
Los hechcs pasados y su acción noble lo enaltecen lejos de
deprimirlo. A
Moreira llegó a casa del señor niños y éste empezó a
hacerle todo género de reflexiones para que aceptara su pri-
- mer oferta de irse a las provincias del interior. |
* —No puedo, mi patrón, dijo Moreira, ya la vida me pesa y
el día que me maten, será el único día alegre que habré tenido.
- Si peleo no es ya para defender el cuero, como en Heipos Ey
en que podía vengarme.
Ahora peleo solo porque no digan qne me han “matado
como un carnero, tengo que morir según mi crédito y esta es
la razón porque no me he dejado matar con las últimas parti-
- das que me han venido a prender. E
Marañon tenía contraida con Moreira una de ide deu- eS
- das.que nunca se pagan: la vida; y trataba de detener a aquel
gaucho desventurado en la pendiente de muerte a que rodaba
- con una conformidad tan imponente. eS
—Es preciso que te vayas de aquí, dijo Marañon, porque yo: +
no puedo tolerar tu presencia, Juez de Paz de este partido, o
te vas o renunciaré. eS.
A — Me voy, señor, me voy, dijo AA y ha de ser. esta
- noche misma. E
Usted es el único hombre que hay óbre la tierra contra E
quien yo jamás haré uso de mis armas. 3 )
- Permitame que lo quere patrón, y si algún tía quiere que