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dar 1030 prendiéndomo, mándeme avisar, que yo mismo me
_ataré para que me lleven.
_—No seas loco, le. ¿dijo Marañon — salí del partido y que
Dios te ayude,
metiendo buscar a su hijo y mandárselo.
Y al estrechar la mano que el gaucho recibió entre las dos
suyas, quiso inducirlo de nuevo a que se fuera al interior, pro-
Pero Moreira desechó la propues sta con la intima _decisi ón
que las otras veces.
_Estrechó la mano de aquel único ser en quien había encon-
trado un amparo. + d
Dos lágrimas rodaron por su mejillas y salió de la casa de
Marañon sin decir una palabra.
Montó a caballo, gritó un triste «adiós patrón querido» y
RO su caballo a gran galope, hasta llegar *1 rancho donde
paraba, y donde se detuvo a levantar la manta, y otras prendas
_que le había ofrecido albergue.
Media hora después salía del pueblo al tranquito, tomando
la Os del partido: del Salto,
e