Full text: Juan Moreira

      
   
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de En Hsador estaba cubierto de monedas de oro y plata, os 
- tales que se veían en todo el resto de sus lujosas prendas. 
En la parte delantera se veian sujetos por el tirador dos. 
magníficos trabucos de bronce, regalo electoral y las dos pisto- 
las de dos cañones que le  Fegalara su compadre Gimenez al 
E salir de Matanzas. | 
-——Atravesada a su espalda y sujeta al mismo tirador se veía su 
A daga, su terrible daga bautizada ya de una manera tan sangrienta 
y que asomaba la lujosa engastadura, siempre al alcance de la 3 
pS as diestra. ol 
Llevaba su manta de vicuña arrollada al brazo izquierdo con ps 
cuya mano hacía pintar al pingo que se mostraba argulloso del 
| ae que lo montaba, | 
Moreira estaba completamente sereno — sonreía a los az nigos, 
chistaba al caballo como para calmar su inquietud, y daba vuel- 
ta de cuando en cuando para mirar al Cacique que a las ancas 
del overo meneaba la cola alegremente, como preguntando qa : 
«significaba todo aquel aparato. | 
- Frente a Moreira, del otro lado de la mesa y un poco más 
a la izquierda, estaba Leguizamón, metido en las filas de los 
suyos. La actitud del paisano era sombría y amenazodora; mi- 
raba a Moreira como lanzándole un reto de muerte, y se acari- 
ciaba de cuando en cuando la barba, con la mano derecha, de * 
cuya muñeca pendía un ancho rebenque de lonja de cabo de plata. 
Moreira permanecía como ajeno a todas aquellas maniobras 
evitando que su mirada se encontrase con la de o 
«que ya se salía de la vaina». | 
Los paisanos estaban conmovidos — en sus pálidos semblan- 4 
bes 1 podías ver la emoción que les dominaba, emoción que se 
extendía hasta los mismos escrutadores y suplente que no aten- 
d an su cometido por observar las variantes de aquellas provo- 
'aciones mudas, que tendrían sd terminar en un De a muerte E 
fatal para uno u otro. 
Por fin el acto electoral comenzó y los paisanos fueron 
dose uno a uno a la mesa del comicio, depositando cada 
no su voto maquinalmente, y montando de nuevo a caballo 
para confundirse en las filas de donde habían salido. oo 
Media hora hacía apenas que la elección había comenzado, E 
cuando Leguizamón picando su caballo se acercó a la mesa, y 
dando en ella un golpe con su rebenque dijo que se estaba ha= 
iendo una a contra su pan y he ól no. estaba dig= 
      
   
  
    
    
  
   
  
  
  
  
     
     
     
    
     
  
    
  
    
    
     
  
      
    
      
      
    
  
  
  
  
  
   
   
   
ecir es $ palabras. Leguizamón no miraba a los e 
quienes iban dirigidas, sino. a ia a quien env
	        
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