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- —tramquilo. | : as
Las palabras de Leguizamón conmovieron los ánimos tan po-
derosamente, que ninguna de aquellas personas mandó al gaucho
guardar silencio. EAS > :
-. —Ho dicho que se nos está haciendo rampa, añadió ore-
ciendo en insolencia, y han traído aquel hombre para que les
- ayude— y señaló a Moreira con el cabo del rebenque.
2 Moreira siguió guardando su aparente tranquilidad, y con
+ Uba infinita gracia replicó al gaucho: |
— No es tiempo amigo de lucir la mona—?os peludos no
tierien cartas en las votaciones y no hay que faltar así al res-
peto de las gentes. a pr A OS
: Tan conmovidos estaban los paísanos que ni siquiera sonrie=
_ron ante este epígrama que hizo poner lívido de furor a quien e
: fué dirigido. a O E EN
— Menos boca y al suelo, gritó Leguizamón desmontando. E
Usted es un maula que ha venido a asustar con la postura y
que no ha de ser capaz de nada, EN O
En la cintura de Leguizamón se veía un revólver de glueso
ovocación que éste no quiso entender, permaneciendo
calibre, y una daga de colosales dimensiones.
Fué esta el arma que sacó el paisano. — AS
Moreira se echó al suelo como quien hace una cosa a dis-
gusto, y sacó también su larga daga, enrollando con presteza
al brazo, la manta de vicuña, : A A
- Apenas el paisano se había separado una vara del caballo,
cuando Leguizamón estaba sobre él, enviándole una lluvia de -
puñaladas. - : A Y EEN ME
-. Éra aquel un espectáculo magnífico e imponente — aquellos
dos hombres se acometían de una manera frenética, enviándose -
+ la muerto en cada golpe de daga que era parado por ambos
- con una destreza asombrosa. OS
Los ponchos arrollados en el brazo izquierdo, estaban com=.
pletamerite hechos girones por los golpes parados, pero los com-
: Ballsntes igualmente diestros, igualmente fuertes no. habían lo-
grado hacerse la menor herida. E ST E E
_ La prolongación de la lucha empezaba a encolerizar a Le-=.
- guizamón, que había cometido ya dos o tres chambonadas, y a
medida que la cólera empezaba a enceguecerlo Moreira se mos.
Ey
traba más tranquilo y más previsor en sus acometidas.
Los asistentes haliam hecho gran campo a los dos anta
- goulstas, sin haber entre ellos uno solo que se atreviera a : -
- Pararlos, pues con aquella acción sabían que Se exponían a cap-
tarse la cólera y tal vez la agresión de A