NUPCIAL 173
amo a Elena? ¿Por qué he sentido por
ella lo que jamás había sentido por otra
mujer ? ¿Por qué se estremecía todo mi sér
cuando imis ojos se encontraban con los su-
yos ? ¿Por qué a su lado sentía toda la ple-
nitud de la vida? ¿Por qué al perderla
sentí que el aire me faltaba, que el cora-
zón me ahogaba, que me ¿quedaba para
siempre en tinieblas ? ¿Qué hay pues en
ella tan en armionía conmigo que al encon-
trarla sentí que mi sér se ensanchaba ; que
- mis potencialidades se aumentaban ; que mi
horizonte se dilataba ; que se hacía cons-
ciente en mí la percepción del infinito ?
Si sólo somos carne, como yo siempre
he creído, mi carne debería sentir igual
sensación ante cualquier mujer hermosa.
Las sensaciones que yo sentía por Elena,
sólo ella era capaz de producírmelas. No
radicaban únicamente en la materia. Ra-
dicaban en algo más sutil que la carne;
más ardiente que el deseo; más misterioso
_que el pensamiento; más íntimo que la
conciencia; más profundo que la vida.
Penetraban mi sér entero, como penetra,
la luz un cristal. Estaban en todas las par-.
tes de mi cuerpo, pues todas se estremecían
por igual a su contacto. Radicaban en lo
más íntimo de mi, substancia, en la esen-
cia de mi esencia.
-Me parece que el amor que SD HnIÓ
por ella no nació al encontrarla. Me pa-
rece que era un germen que ya vivía en
mí; en la parte más viva de mi vitalidad ;
en lo más recóndito de mi pensamiento.
.Un germen que empezó a vivir cuando em-
pecé a vivir yo ;¡que era parte de mí mis-