Ae YY —
,
Piración repentina y habríase visto muy apurado
al tener que explicar el fundamento de su conducta,
Acordándose de su origen callejero, agarróse á
a trasera del coche, cuyas ruedas eran muy altas,
Je este modo y apoyado en el eje, se dejó llevar.
Algo le decía en su fuero interno gue seguía el
mejor partido de todos,
lodo el mundo sabe lo que es un cab, y que en.
esta clase de carruajes, puramente inglesa, el co-
chero tiene el pescante sobre la trasera, y más alto
que la caja del coche, por encima de cuya capota
Pasan las riendas por el centro de una anilla,
Colocado el cochero de este modo, no puede ver
O que pasa debajo de la caja del carruaje.
El único que le podía quitar de allí al Muñeco
era un policeman, privándole de su pretendida
felicidad,
Pero en Withe Chapel son muy contados los
agentes de policía que se encuentran en la calle, y
Si alguno vió al Muñeco, no se preocupó, creyendo
que era un granujilla que queria ir en coche,
El carruaje arrancó y se marchó en dirección al
Puente de Waterloo.
Al llegar á la entrada de éste, se detuvo,
El Muñeco no se apeó y continuó en su sitio y
Sin soltar la barra de hierro hízose el razonamien-
to siguiente:
—Apostaría cualquier cosa á que se trala del
Papto de Gipsy, y que se la llevarán en este ca-
Truaje.
Y esperó.
Pasó media hora.
El cochero no abandonó su asiento, y la claridad
€ un farol hacía que se proyectase su sombra en
el suelo del puente.
2sto sirvió al Muñeco para observar que el co-
Chero estaba fumando.
Cuando un cochero inglés fuma, es señal de que
lCne que esperar.
El Muñeco entonces estiró las piernas para des-
Cansar de su violenta postura, que empezaba á
acalambrárselas,