Full text: Historia de un crimen (3)

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"con el puño cerrado y esperando encontrar al- 
gún escondite o bien una misteriosa cavidad. 
En todas partes, la pared produjo un ruido 
mate. 
Púsose entonces a mirar al suelo, y le pareció 
que éste tenía una ligera inclinación y que no 
estaba tan bien apisonado como el de la cueva 
que atravesaron antes. 
Se bajó entonces y empezó a revolver la arena 
con la mano, y pronto se convenció de que ésta 
estaba muy suelta y de que hacía poco la habían 
removido. 
Desde aquel instante, ya supo a qué atenerse. 
Se arrodilló, y haciendo una excavación Con 
las dos manos, se puso a echar a un lado la 
arena que cubría el centro de la cueva. 
El Pastelero le miraba con mucho asombro. 
De pronto, las uñas de Timoleón arañaron 
una superficie dura y granujienta. 
Reconoció en seguida que era una piedra, y 
al mismo tiempo, al mirar a todas partes, vió 
en un rincón aquel mismo pico de que se sirviera 
el frutero la noche anterior. 
Lo que quedaba por hacer, era bien poca cosa. 
Puso Timoleón al descubierto la piedra que 
cubría el in pace, y después con la punta del 
pico, apalancó. 
Se levantó la piedra y quedó al descubierto el 
orificio. : 
Hay que confesar que son endiablados—dijo 
Timoleón, haciendo alusión a Rocambole y a 
sus cómplices. 
El Pastelero se arrodilló al borde del pozo y 
alumbró el interior de éste, dando vueltas a La, 
cerilla. 
En el fondo del pozo se veía un cuerpo ten- 
dido.
	        
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