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La venganza.
El recuerdo del mártes 18 de enero de 1549, que fué el
dia en que Aguirre despojado de sus ropas por la mano del
verdugo y azotado en la plaza mayor, por el delito de llevar
dos indios cargados con su equipaje para la espedicion de
Tucuman; habia impreso sobre la frente del mancebo un
sello sombrío. Si
No quiso hacer parte de la espedicion: decia sin cesar
que deseaba morir, y desde qne salió de la cárcel huyó de la
Villa. Vivia enlos contornos, con el burdo tejido de los in-
dios, su pelo dejó de ser sedoso y suelto, y le caia en guedejas
espesas y sucias. De su antiguo esplendor solo conservaba
un rico puñal de hoja de Toledo del mas esquisito temple.
Esta arma la usaba debajo de sus ropas, áraiz de sus carnes,
pendiente de un cinturon de cuero de los carneros de la
tierra,
Las gentes del barrio en el cual estaba situada la casa
de Esquivel empezaron á hablar del fantasma que en altas
horas de la nochese le veia rondar la casa del alcalde ma-
yor.
A veces este encontraba abiertas sus puertas, revueltos
sus libros, deshecha su cama y arrojadas sus ropas por las ha-
bitaciones; pero nadie sabia quien entraba nada menos que
en la casa del terrible juez.
El vulgo decia—es el fantasma!
Esquivel comenzó á tener vagos temores, un presenti-
miento terrible lo ajitaba á veces: habia pronunciado cin-
cuenta sentencias de muerte, y cuando la nieye derre-
tída por los rayos del sol caia en gotas liquidas del elevado