BIBLIOGRAFIA ( *> 
Marius André. La fin de l’empire espagnol d’Amerique. Préface 
de Charles Maurras. Paris. Nouvelle librairie nationale. 3, place 
du Panthéon, 3... [1922] 8^, 192 p. 
Dedica el autor su libro a su amigo Charles Lesea y “a la memoria 
de los tres héroes de su raza S. Ignacio de Loyola, soldado de Dios 
contra el atraso luterano; Simón Bolívar, soldado de la Libertad, primer 
positivista americano, víctima de la barbarie democrática; Zumalacá- 
rregui, soldado de D. Carlos por la defensa de las repúblicas vascas.” 
El prologuista dice que André ha opuesto la “verdad histórica a la 
empresa de sofisticación que ha estado floreciendo durante cerca de 
cien años...” Y André funda esa verdad en nuevas e incansables in 
vestigaciones en todos los archivos y -en autores de memorias sobre la 
guerra de independencia. 
Asegura el restaurador de la verdad histórica que la revolución 
“tuvo por causa no un exceso de miseria, la ignorancia, el embruteci 
miento de todos por un despotismo real y la sombría teocracia..., sino, 
por el contrario, el auge industrial y comercial del país y el desarrollo 
intelectual de esa élite educada por sacerdotes”. También afirma que “la 
América española no había cesado de progresar en todas las ramas de 
la actividad humana”. Después sostiene lo siguiente: “Es precisamente 
porque obtuvieron mucho y que no estuvieron bajo un régimen de indo 
lencia y de rutina que los hispanoamericanos aspiraron a libertades eco 
nómicas más grandes para desarrollar su comercio, y que no quisieron 
seguir siendo gobernados por virreyes y capitanes generales venidos de 
España”. Garantiza que la revolución fué hecha en todas partes al grito 
de “¡Viva el rey”!; que el parlamentarismo y el liberalismo dominantes 
en España perdieron su imperio colonial; que la administración española 
“fué, desde todos los puntos de vista, benéfica para los indígenas ame 
ricanos”; que la revolución, hecha por los privilegiados de la colonia, debe 
ser vista con aversión, o por lo menos con desconfianza; que Hidalgo 
hizo de sus guerreros—niños un poco salvajes—bandidos “al excitarles 
(*) Debemos recordar que en esta sección serán únicamente analizadas aquellas 
obras de las cuales recibimos dos ejemplares remitidos por los autores, libreros o edi 
tores. De las que recibamos un ejemplar, sólo se hará la inscripción bibliográfica 
correspondiente.