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COSMOS
donde junto al gracejo irónico que escue -
ce en lo más vivo á los tipos sociales en
ella retratados, aparecen los suaves es
tremecimientos del amor ingenuo, con
tanta delicadeza como en los mejores dra
mas románticos. Otros sainetes del mo
derno teatro español contienen escenas aná
logas, que dan vivo realce álos respectivos
argumentos y que constituyen verdade
ros cuadros, en los que se representan
con alegres notas de animación y color
las costumbres populares tadavía subsis
tentes en las regiones de España. Entre
las escenas de balcón más notables por
la habilidad de la presentación escénica,
además de la ya citada, sobre
sale la que el mismo sainete
ro, Ricardo de la Vega, trazó
garbosamente en su linda obra
A casarse tocati o la misa á
grande orquesta, con la parti
cularidad de que en ella apa
rece el galán, militar apuesto,
caballero en fogoso corcel des
de cuya silla expone su amo
rosa pasión en hermosísima
silva á la dama de sus pensa
mientos.
También los hermanos D.
Joaquín y don Serafín Álvarez
Quintero, que tantas muestras
tienen dadas de su preclaro
ingenio, nos presentan en su
preciosa obra La Buena Som
bra, una escena que, por la si
tuación de los personajes, la
donosura del diálogo y los to
nos de la decoración, es digna
de figurar entre las más nota
bles de cuantas tienen el bal
cón como tribuna del amor y
del galanteo.
Digno es de notar que cual
si hubiese íntima conexión en
tre lo representado y el lugar
en que se representa, todas
las escenas del balcón, así de
los dramas como de los sai
netes, pueden considerarse
unas é iguales en esencia, aunque dis
tintas completamente en la forma,
adaptándose con ella á las siempre re
petidas y siempre nuevas expresiones del
amor.
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L.'
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Sí
Escena del drama: “Bárbara Frietchie”, representada
por Julia Mareowe y G. H. Gilmore.