Full text: Año 2.1913=No. 13 (1913001300)

7o 
COSMOS 
do en vida, apasionadamente discutido y 
no menos apasionadamente alabado. 
En 1893, cuando sólo contaba diez y 
ocho años, dióse á conocer por vez pri 
mera como ilustrador. Los señores Dent 
y Compañía publicaban una serie de 
Bens zwí?/.r,-Beardsle}' dibujó 
unos grotesch para decorar 
un tomo, y llamaron tan 
poderosamente la atención 
que le encargaron la ilus 
tración de La mort d’ 
Arthur. Antes de que con 
cluyese obra tan importan 
te, Beardsley era ya cono 
cido en Inglaterra y en 
América por otros trabajos. 
Un artículo que publicó 
The Studio, firmado por 
Pennell, le abrió las puer 
tas de la celebridad. 
Todo lo de Beardsley 
tiene un carácter originalí- 
simo. Su modo de expre 
sión sorprende, alarma, 
inspira recelo y simpatía. 
Comprendiendo que pintura 
y dibujo son dos cosas di 
ferentes, qüe la expresión 
de una idea por pura línea, 
ó por medio de tonos, son 
cosas diametralmente 
opuestas, supo apropiarlos 
medios á la obra sin que 
nunca rehuyera una difi 
cultad, por grande que fue 
ra, buscando amparo en 
las crudezas del realismo, 
cuando su obra no tenía 
ninguna especie de relación 
con la Naturaleza. 
Mr. Pennell, al hablar de 
Beardsley, hace resaltar 
especialmente su modo de 
expresión por medio de la 
línea, reconociendo las finí 
simas cualidades que ador 
nan sus dibujos. La línea 
igual, nerviosa, de Beards 
ley, era grandiosa á su ma 
nera como lo era su modo de llenar un 
espacio por masas unidas. 
sirven de cabecera á cada uno de ellos, 
son admirables. Un misterio extraño de 
leyendas medioevales, de fatalismos, de 
brujas y potencias mágicas se desprende 
de las ilustraciones con el encanto de la 
poesía hondamente sentida; un perfume 
de música soñada, una tris 
teza penetrante y dulce se 
escapa de toda la obra, y 
desde el Rey Arthur hasta 
Tristán é Isolda, de Merlín 
á Viviana, los caballeros 
de la Mesa Redonda se 
mueven como en una atmós 
fera de tiempos lejanos.... 
Aubrey Beardsley publi 
có después la Salomé de 
Oscar Wilde, que motivó 
vivas discusiones. Aconti— 
nuación emprendió la labor 
de ilustrar un librito titu 
lado El Monte de Venus, 
basado en la leyenda de 
Tanhaüser, y que debía 
revestir la forma de los li 
bros de viñetas francesas 
del siglo XVIII. Era un li 
bro que él anunciaba como 
una obra erótica y como la 
empresa más importante de 
su vida, pero que hasta hoy 
no se ha publicado. 
A la aparición del Libro 
Amarillo, sus dibujos hicie 
ron el efecto de críticas 
despiadadas. En muchos de 
ellos el autor había impre 
so, con pleno conocimien 
to, un carácter repulsivo. 
Parecía imposible que un 
joven genial, agradable, 
modelo de educación y cor 
tesía británicas y de piedad 
filial y fraternal, se entre 
tuviera en motivos dudo 
sos, casi hirientes. Y cuan 
do más le criticaban, más 
se complacía en refinarlos 
con un excepticismo sutil y 
perverso. 
Un día publicó en el Libro Amarillo 
una cabeza de Mantegna firmada por 
Brungthon, y la reproducción de un pas 
tel, retrato de una dama francesa, firman- 
Forstei. Los críticos, refiriéndose á 
especialmente á la cabeza 
La mort d' Arthur es un modelo de 
buen gusto; más de trescientas, ilustra 
ciones decoran los dos volúmenes de que do 
se compone. Las dds aguas fuertes que dichas obras, 
I 
r
	        
© 2007 - | IAI SPK

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.