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COSMOS
Aquella resistencia amortiguada por tan
to sufrimiento no podía permitir una agonía
de días, y por último, la deglución de la pos
ea en que se embebió la esponja que le
acercaron á los labios para calmar su sed
determinó el síncope inopinado y mortal,
que tanto sorprendió á Pilatos cuando le fue
comunicada la noticia. Un derrame pleurí-
tico, probablemente de naturaleza tubercu
losa, y lo suficientemente grande para de
terminar una desviación del corazón, vino á
constituir el principal motivo de aquel sín
cope horrendo y la causa de que al taladrar
el divino costado del cadáver brotase aque
lla fuente de líquido rosado, mezcla de agua
y de sangre, nuevo Jordán en cuyo recuer
do el alma cristiana se lava de la roña de
ingratitud, de indiferencia y de olvido que
constituye el regocijo maniaco del preludio
estival.
Dr. Ricardo Royo Villanova.
Mientra# el sel sube...
yll Br. tnrique González Martínez.
La voz del viejo, que cantó el elogio
—años ha—de divinas primaveras,
lentamente desgrana su rosario
de congojas:
—¡El tedio no envejece,
ni las tercas angustias!.. ..
¡Llena la mezquindad de nuestras almas
un padecer perenne que desborda
todos los cauces que labró en el tiempo
la sed nunca saciable de ventura!....
y es verdad.. .. ¡Así la sabiduría
legendaria condénanos: la vida
es un valle de lágrimas!....
Y la mocita ríe: —¡Oh, abuelo,
te engañas! Mira el valle: es de rosas,
de mirtos y azucenas....
¡Y como son tan buenas las mañanas!
el sol baña de oro
los arboles, las flores, todo el valle!
—No, mi dulcísima, ¡ya más no puedo
engañarme.... ni engañarte!.... pero hubo
¡tantos años hace!—otras mañanas
que fueron más hermosas.. ..
¡Tu juventud á imaginar no alcanza
cómo eran aquéllas tan hermosas!
Y el sol sigue ascendiendo en su trillada
ruta que es inmutable. No recata
su indiferencia prócer y magnífica.
J. Ramírez Cabañas.