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Soldado, escucha
Soldado de la dulce y bella Francia, ¿sabes lo que signi
fica para el mundo tu heroísmo, en la hora actual? ¿Sabes
luchando por Francia luchas también por el mundo, por
vida, por la humanidad, esto es, por una humanidad más
dulce, más feliz, más digna, más hermosa? ¿Sabes a quien obe
deces, obedeciendo a la voz de tu jefe que te ordena ir a las
trincheras ?
No hay nada en el mundo, en estos momentos, que valga,
( t Ue signifique, lo que tú vales, lo que tú significas. Los fue-
r ° s de la humanidad se amparan en tu heroísmo: si sucumbes,
Sl dejas que el sol de Francia ¡ de tu Francia y de mi Francia!
8e a Pague, vendrá la noche para la humanidad; una larga y
tenebrosa noche durante la cual todas las violencias feudales
Se desencadenarán, oprimiéndonos a todos en círculos de liie-
I' 1 ' 0 - ¿Sabes que representas una energía, la energía de toda
a civilización acumulada por tu gloriosa Francia? Mientras
a > la madre de todos nosotros, franceses o no, proseguía su
tdandiosa obra, el valor de tu pecho iba en aumento para sal-
? a * a de los zarpazos brutales. Eres el soldado, por exce-
lci a, de la humanidad. Defendiendo a Francia lo defiendes
lo 1°' ® a ^ van d° a Francia lo salvas todo. Ya ves lo grande,
e j ler moso, lo magnífico de tu heroísmo. Llevas en tu pecho
la r| Ul1 ^ 0 ’ I a v lda> la civilización. Las páginas más grandes de
istoria serán escritas por tí. Yo te envidio. No sé qué des-
por ^ a ^ ra raas grande, en esta hora de dolor, que el de luchar
r ^ rancia. No sé qué empleo más dulce de la vida puede
qu(, ( ' r ' Se ’ en ' a l lora actual, que consagrarla a Francia. No sé
utilidad más grande puede prestar la vida de un hombre,